La intervención de Cristina Fernández de Kirchner en el foro
de CLACSO el 19/11/ 2018 reveló lo esencial de su pensamiento político. Un
pensamiento de criticismo histórico que parte de la praxis de su experiencia
personal como legisladora y dos veces presidenta y se eleva al punto de vista teórico
que explica certeramente errores y aciertos, muy parciales y efímeros estos
últimos, del arte de lo posible en materia de gobierno, teniendo en cuenta los
contextos nacional, regional e internacional.
Hubo referencias puntuales al pasado y al presente de la
historia política de occidente. Por ejemplo sobre el principio de igualdad y
sobre las causas sociales y económicas que llevaron a la caída del muro de
Berlín. Ambas le sirvieron para aclarar el presente socioeconómico neoliberal
que hoy padece la gran mayoría del pueblo argentino.
Partiendo del concepto de igualdad acuñado por la Revolución
Francesa de 1789 en sus dos vertientes de igualdad ante la ley e igualdad de
oportunidades para el pueblo, se refirió a la obvia imposibilidad de una igualdad más
profunda, física, psicológica, a las diferencias entre los individuos
componentes del pueblo y a cómo el neoliberalismo pretenciosa y ficticiamente
doctrinario, haciendo pie en esas diferencias, culpabiliza a cada uno de los
miembros de la comunidad humana, por sus triunfos o fracasos y entroniza el
equívoco o ambiguo concepto de meritocracia. Sustrayéndose de ese modo al
estado y a las políticas públicas de toda responsabilidad en la suerte de los
individuos que habitamos la sociedad.
Dijo también que la caracterización del pensamiento político
en izquierda y derecha, proveniente del lugar que ocuparon en la asamblea de
aquélla revolución, la nobleza, el clero y la burguesía, es hoy anacrónica,
obsoleta y no sirve tampoco para explicar los fenómenos actuales del transcurrir
político. Conforme este punto de vista el neoliberalismo no es una ideología,
no es una doctrina, es una construcción política del capitalismo, al igual que
el estado de bienestar. Después de finalizada la segunda guerra mundial el
estado de bienestar implantado en los países del occidente europeo le sirvió al
capitalismo para contener al comunismo y también para incrementar el deseo
generalizado de quienes quedaron al este del muro en cuanto a obtener libertades
y posibilidades de consumo y eludir los controles estatales asfixiantes de
libertades físicas y psíquicas que se exhiben por ejemplo en un film como “La
vida de los otros”, que mencionó, como buena cinéfila, encomiando las virtudes
pedagógicas del cine. Caído el muro de Berlín el capitalismo varía su
estrategia hacia la práctica de un neoliberalismo de concentración de la riqueza
y abaratamiento del trabajo humano que la produce, pero, además los monopolios
de producción y principalmente de comunicación fijan precios y manipulan
subjetividades respectívamente potenciando todavía más un poder que ya parece
incontrastable. En suma, creando un mundo para ser disfrutado por pocos, los
ricos, y soportado por una inmensa mayoría masificada de pobres despojados
hasta de su propio pensamiento crítico pero, además también, controlados por
esa pobreza inmisericorde que pone insalvables límites a sus oportunidades de
progreso y bienestar del mismo modo que el comunismo, o sea que ambos regímenes
llegan al resultado de un mismo grado de deshumanización.
La propuesta es entonces resistirse a esta construcción
política del capitalismo que es el neoliberalismo desde un punto de vista
nacional y popular, oponiéndole una construcción política antagónica que, sin
desdeñar el consumo o la demanda, edifique a partir de esta variable la
motorización y promoción de la producción, la inversión y la creación de
riqueza para lograr una creciente inclusión social y una distribución
equitativa del ingreso, haciendo crecer la matriz industrial, el valor
agregado, el progreso de la ciencia y la tecnología para participar de una
unidad regional que nos fortalezca pivoteando sobre mercados internos y
regionales.
Amílcar Luis Blanco
Una narracion excelente de la interpretacion del pensamiento doctrinario que lo hace propio y la profundizacion del mismo renovando los principios justicialistas.
ResponderEliminarPresidenta ya le queda chico.