martes, 16 de octubre de 2018

EL ESPEJO EN EL QUE NO SE MIRAN CIERTOS POLÍTICOS.



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EL ESPEJO EN EL QUE NO SE MIRAN CIERTOS POLÍTICOS.

                                                               No es el que nos devuelve el rostro y el cuerpo sino el que nos indica una posición en la que estamos ubicados con relación a las otras cosas y los otros seres que no somos nosotros. Ese espejo es el de la inteligencia con la que deberíamos mirar siempre la realidad para saber dónde estamos parados. Para los filósofos griegos inteligencia significaba cabalmente “estar entre los entes”, sean éstos cosas, personas, lugares. Es el saber situarse entre ellos, el saber ubicarse y, por consiguiente, el tomar la posición plausible para cada uno, la mejor que se pueda, la más inteligente.
                                                             No es sin embargo éste, el de la inteligencia, el espejo en el que se miran ciertos políticos que, a todas luces, se desubican. Por caso Pichetto, Urtubey, Massa y Schiaretti no se ven en la realidad que los circunda. No hay decisión más desubicada, menos inteligente, que la de haber decidido formar ese cuarteto. Todos ellos han salido de la matriz de los Kirchner. Sin la exitosa gestión de Néstor y de Cristina Kirchner ni siquiera se hubieran hecho visibles políticamente, no existirían. Entonces, cabe preguntarse, cuando miran la realidad, ¿cómo se ven a sí mismos? En el sentido griego de la palabra, único practicable, sobre todo políticamente.
                                                      Si repasamos los antecedentes de cada uno de ellos y los observamos sin necesitar espejos porque estamos de éste lado de sus superficies cristalinas y azogadas, nos damos cuenta de que, por ejemplo, en Río Negro el senador del cuarteto ha perdido. De Massa ni hablar, todos vemos y vimos cómo el Frente Renovador que él preside ha ayudado al macrismo en todo, sus integrantes han votado, legitimándolas, todas las leyes más nocivas para el conjunto social que el polo “Cambiemos” ha prohijado, no obstante que, como invitados a los programas de televisión, hipócritamente, hayan denostado las políticas macristas y hayan dicho que ellos dialogaban, corregían y defendían la gobernabilidad. Urtubey ha sido y es el rey de los hipócritas, ha profesado y profesa una idea “pseudofederal” del peronismo que no es tal, pero en la que encuentra, junto a Schiaretti, un sustento meramente retórico y conjetural para promoverse. Porque, por supuesto, el verdadero federalismo, el de caudillos como Facundo Quiroga, Chacho Peñaloza, Solano López o José Gervasio de Artigas quienes defendieron celosamente sus enclaves territoriales de la voracidad del puerto de Buenos Aires y su clase dominante, ameritaría que ellos se pararan de manos frente a Macri y sus secuaces, quienes no sólo traicionan las autonomías provinciales sino también la soberanía nacional.
                                                        Pero ellos no miran la realidad con inteligencia, no se ubican y, al desubicarse – y para ellos posicionarse inteligentemente sería  apoyar el lado Cristina, el lado kirchnerista del peronismo, dándole un espaldarazo a la unidad del campo nacional y popular – desubican a muchos que aun mirándolos desde este lado del espejo, aun no entendiéndolos del todo, desperdiciarán sus votos quitándoles puntos porcentuales a Cristina o al candidato que ella proponga.
                                                      El pueblo pide y necesita líderes inteligentes. La única lucha que podrá liberarnos del caos, del marasmo en el que hemos caído todos al haber, muchos de nosotros, votado  tan mal, tan a contramano de nuestros propios intereses mayoritarios, es la que demos con inteligencia, inteligencia para mirar la realidad, para darnos cuenta donde estamos parados y qué posición debemos elegir  para hacernos visibles en esa realidad y actuar en consecuencia.


Amílcar Luis Blanco. (Pintura de Edouard Manet)

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