domingo, 30 de diciembre de 2012

UN CAPITALISMO VIRTUOSO. EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE MARTÍN LUTERO jueves, 29 de marzo de 2012

Este artículo fue publicado por mí el 29 de marzo de 2012, cuando todavía no había abierto este blog. Por su asunto es más propio de este blog que de "Prosas salvajes", por eso ahora le di entrada aquí. Creo que como no toca una cuestión puntual puede leerse todavía ya que atañe, en generál, al capitalismo y constituye una crítica y una opinión sobre la actualidad de esta derivación económica del liberalismo décimo nónico.








Contrariamente a lo sostenido en "El Leviatan" por Thomas Hobbes, "homo homini lupus", "El hombre es el lobo del hombre", en los escritos económicos de Martín Lutero la consigna es "homo homini Deus", porque en tanto trabaja y acumula riquezas debe hacerlo conforme la ética de incluir y repartir y hacerlo, además, equitativamente. Traducido a nuestro tiempo y nuestro lugar en el mundo se trata de un capitalismo ético y humanista, cuyo sentido último finca no, como lo definiera Marx, en la apropiación individual de la acumulación de "plusvalía" por trabajo, que constituye al capital, por una clase privilegiada, sino en la utilización de ese capital en el colectivo o en la comunidad humana dentro de cuyo seno se gesta. Es decir, Lutero plantea una ética económica fundada en la voluntad, aunque su condicionante espiritual y anímico sea la fe. En este sentido su pensamiento se adelanta en el tiempo y viene a coincidir con conceptuaciones de la historia casi contemporáneas acerca del poder y también del sentido ético y humanístico que podría asumir. Una antropología filosófica que partiendo de Nietzsche y aceptando las conclusiones en su "Crítica de la razón dialéctica" de Sartre a Hegel y Marx y las de Heidegger que llevan al pensamiento de Foucault y Deleuze, no ve en la historia del hombre sobre el planeta una dirección teleológica general de avance o progreso sino un trabajo de la voluntad subjetiva particular de cada uno venciendo a la inercia del fatalismo e incluso de las estructuras de poder heredadas, en el caso de Foucault éste llega a definir el poder estatal como pastoral, a la vez individual y conglobante, de un tiempo en el que el dasein heideggeriano debe arrojarse sobre cada posibilidad para conferirle sentido único. La condena de la libertad humana a elegir definida por Sartre en "El ser y la nada", entre el "en sí" y el "para sí" puede resolverse y debería hacerlo en un sentido de no perversión en su nihilización, para contrapesar o equilibrar el absurdo que, en principio, supone la nada como hiato óntico.- El trabajar para la comunidad, para todos, con un sentido de solidaridad que tienda al enriquecimiento mutuo y recíproco y excluya la explotación del hombre por el hombre o el aprovechamiento de su ligereza, inexperiencia o su eventual situación de desesperación y pobreza, supondría una neutralización en acto de esas acciones que guían otras acciones originadas en los grupos dominantes y que constituyen en esencia el cómo del poder según la caracterización de Foucault. La abominación de la usura y de toda acumulación espúrea de valores forma parte de esa estimación para la acción. También la exaltación de la inversión y aplicación constante de esa riqueza para la producción de bienes y servicios tendientes a satisfacer una creciente demanda, identificándola con el evangélico milagro de la proliferación de los panes y los peces que Jesucristo repartiera entre su desbordante auditorio. El dinero concebido como felicidad proveniente de una concepción ética que inspira una acción práctica que construye día a día y ademas sostiene su voluntad óntica y estética. El saber como poder y construcción de verdad en el sentido que Foucault le atribuye a partir de una convicción moral previa proveniente de la revelación divina en el caso de Lutero, realizaría una síntesis de acción que vendría a enriquecer y conferir sentido a la organización económica postulada a partir del liberalismo. La lucha y el enfrentamiento bélico o político entre individulos o grupos de individuos por el poder, neutralizándose o disolviéndose en el credo de la voluntad ética sería un horizonte practicable para la política desde lo que ella induce en la comunidad como valores. Esto es Lutero. En el siglo XVI cuando comienzan a proliferar con Erasmo de Roterdam y Tomas Moro en Inglaterra los pensamientos que después serían desdeñados como utópicos, ante el extravío y la desorientación que suele demostrarse actualmente en las políticas y en las economías sobre todo en el occidente neoliberal y "cristiano" resultan, por lo menos, memorables las conceptuaciones de Martín Lutero respecto de la riqueza y deberían ser revalorizadas y tomadas en cuenta, incluso a la luz de los pensamientos producidos durante las dos últimas centurias.-




Amilcar Luis Blanco
Desde luego que Lutero fue un adelantado a su tiempo y que sus postulados en materia económica deberían ser tomados en cuenta incluso en nuestros días, para que la gente tomase conciencia de que el bien colectivo debería primar sobre el bien individual, pero, desgraciadamente, el egoísmo prima sobre la filantropía...

Muy buen artículo, mi querido Amílcar, mi enhorabuena por él y mis mejores deseos para este blog que recién inauguras.

Besos.
ERO.-















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