martes, 14 de enero de 2014

NUEVOS INSTRUMENTOS PARA NUEVAS POLÍTICAS




El único medio  legítimo y lícito dentro de una democracia para luchar contra las posiciones dominantes de los monopolios y oligopolios en el mercado de bienes y servicios, conformados por las corporaciones, es competir con ellas en dicho mercado desde políticas de estado que tiendan a corregir la concentración económica porque ésta conspira contra la inclusión social y la distribución equitativa del ingreso.
Sin llegarse a soluciones de políticas macroeconómicas  extremas que tiendan a anular o destruir los incentivos que animan al sector privado nacionalizando todos los sectores de la actividad económica, hay que dar pasos que lleven a ejercer un control que administre y oriente recursos y estrategias de comercialización que coadyuven para mantener estos ideales de inclusión y equidad enunciados, evitándose el desbarajuste y la tiranía que significa que unos pocos impongan a los demás actores más débiles sus pretensiones constantes de máxima rentabilidad. Es decir, es preciso gestar e inaugurar nuevos instrumentos para nuevas políticas.-
En este sentido puede considerarse un progreso el sistema recientemente puesto en marcha de precios cuidados porque permite tener un control y seguimiento de los factores que inciden en el costo de los productos que, en el camino que va del productor al consumidor, justifiquen en los hechos los aumentos de precios, sobre todo de los productos de la canasta familiar que son los que inciden en la disminución del poder adquisitivo del salario y aparecen expuestos en el crecimiento de los índices de inflación.
Pero es preciso avanzar en - como dije - nuevos instrumentos.
En tal sentido cabe observar que la composición oligopólica de quienes hoy dominan el mercado de granos harineros y oleaginosos, de la carne, de los lácteos, porque a través de los acopiadores que pertenecen a ellos mismos adquieren a los productores toda la producción pagando y manipulando los precios que les convienen, podrían y deberían ser interferidos, controlados y monitoreados por organismos estatales que, de manera similar a como actuaron en su momento el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), la Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes, le pongan coto a la incesante subida de precios internos y fuga de divisas.
Vale para aprovechar aquellas experiencias históricas utilizar el conocimiento que surja de los acuerdos de precios y del seguimiento y monitoreo cualitativo y cuantitativo en la formación de los costos que ya comenzó a llevarse a cabo. Pensar en un sistema de precios sostén para pagarse a los productores poniéndolos a cubierto de los vaivenes del mercado y asegurándoles una rentabilidad óptima que les permita seguir apostando a futuro. Pensar incluso en una integración vertical de productores, acopiadores, distribuidores y centros de comercialización, realizada en toda la cadena que sale del productor y llega al consumidor exclusivamente por un Estado empresario que compita con los gigantes que todo lo ven y todo lo pueden en materia de precios. Es el único modo de evitar la dispersión y fuga de esfuerzos en la economía equilibrando las posiciones de oferta y demanda, y también, por qué no, si el Estado llegase a exportar por sí mismo contribuiría a cerrar la "plutorragia", permítaseme el neologismo, de riquezas, medidas en dólares, divisa internacional de cambio, que hoy por hoy hace que se pierda gran parte de las ganancias que el país genera en esa tierra del nunca más que propicia el capitalismo deshumanizante que afecta a tantos pueblos del planeta sumiéndolos en la miseria más abyecta y perversa que se pueda imaginar.
Pensar en estos nuevos instrumentos, en su cómo y en realizarlos a través de una legislación que este Gobierno está en condiciones de sancionar y promulgar, es imaginar la posibilidad de  un nuevo país y un futuro diferente en el que el zarandeado y mañido concepto de Estado de Bienestar (Wellfarstate) y Justicia Social sean por fin una realidad.

Amilcar Luis Blanco  (Pintura de "El cuerno de la abundancia")

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